El design thinking es una metodología en la que equipos multidisciplinares desarrollan un diseño de soluciones creativas que permiten a las empresas solucionar un problema y conseguir resultados óptimos en una propuesta comercial concreta.
El diseño de soluciones debe ser un un proceso creativo en el que se proponen diferentes opciones que son estudiadas, analizadas, y finalmente cribadas para que las mejores ideas sean las que se lleven a cabo. Este brainstorming debe ser audaz, valiente y sin complejos. A veces, las ideas más estrambóticas son las que mejores soluciones pueden dar a nuestro producto.
Los buenos resultados vendrán de la mano si ha habido una exhaustiva búsqueda de soluciones, pero ésta será más fácil si conocemos en el entorno socio-cultural los productos que más están encajando en los usuarios.
Un buen conocimiento sociocultural nos permitirá empatizar con los usuarios y encontrar una respuesta más veraz. Es importante saber los lenguajes y códigos en el que se comunica el destinatario que va a adquirir ese producto. Además de reconocer sus gustos culturales populares que nos lleven a esas mayorías potenciales.
Por ejemplo, una web sencilla puede sumar más, en donde la interacción sea un elemento clave para empatizar con el usuario y poder recibir ese feedback que nos mantiene alerta y nos hace introducir mejoras. Esto nos puede proporcionar un aliciente en la experiencia del usuario al lograr ese elemento de comunión que establezca una fidelización de las audiencias.
Actualmente, el estado del design thinking viene marcado por esta idea de empatizar con los usuarios a través de un eje principal, el producto. En donde podemos ver ideas rompedoras pero que a la vez conectan y empatizan con los recursos culturales de un imaginario colectivo, de ahí la importancia del conocimiento de los nuevos lenguajes como la utilización de contenidos virales, la utilización gif o el lenguaje emoji.
Os dejamos un vídeo de Tim Brown y su visión del design thinking
https://www.youtube.com/watch?v=J0ZbVAQ8bWI