Para contestar esta interrogante, comenzaremos por delimitar los conceptos de identidad y de imagen corporativa o empresarial.
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La identidad corporativa o empresarial de una organización son todo un cúmulo de características, constituidas por sus valores y ética, sus creencias, historia, su cotidianidad, incluso sus normas y principios. Todas estas características definen a la empresa y la diferencian de las demás.
La forma en que una empresa se ve en el futuro constituye su propia visión y forma parte de su identidad corporativa, por tanto, esto permite delimitar y forjar la imagen que la empresa quiere mostrar al exterior. Esta identidad abarca más que la imagen de la empresa, incluye su cultura y la forma cómo se comporta ante el público en determinadas situaciones.
Igualmente, la identidad corporativa incluye la marca de la empresa, que constituiría su imagen visual, es decir, es cómo visualmente es reconocida la empresa.
La identidad corporativa debe ser coherente en cuanto a sus planteamientos y acciones, debe ser clara para que los consumidores sepan cómo se comportará y lo que deben esperar de la empresa. Debe ser única y diferente de la identidad de las empresas de la competencia. Además, la identidad empresarial debe ganarse su reputación, vinculada con su marca, con su historia.
De lo antes dicho surge el concepto de identidad de marca. Entendemos como marca a la imagen visual de una empresa, que está vinculada con su historia. Esta historicidad hace que el público logre identificar una empresa a través de un símbolo, colores y formas en particular y diferentes de otros.
Por tanto, la identidad de marca está íntimamente ligada al aspecto estético de cómo se visualiza a la empresa y a los valores que transmite con esa marca.
En ese sentido debe tomarse en cuenta con sumo cuidado la creación de la marca que identifica a la empresa. Correcta elección del símbolo o logotipo, de los colores, cuyo diseño debe ser claro y sencillo de entender y han de ser usados en todos los elementos de la empresa. Se debe determinar el público al que va dirigido, para la elección del lenguaje a ser utilizado principalmente.
Por último, pero no menos importante, es el mensaje que debe contener la marca, el cual ha de ser preciso, conciso, claro y relacionado con la misión y la visión empresariales.
Podemos comenzar por afirmar que la imagen corporativa refleja la identidad corporativa de una empresa u organización y la muestra al exterior. La imagen está directamente vinculada con los elementos visuales y gráficos que identifican a una empresa.
A través de la imagen corporativa se identifica a una empresa y se dan a conocer sus valores, principios, misión y visión al exterior. En definitiva, es el concepto o la percepción que las personas tienen de una empresa. Por tanto, ese conjunto de percepciones influye en la reputación online que se tiene de una empresa.
Para crear una buena imagen corporativa debemos comenzar por definir la identidad corporativa, se debe primar el sentido hacia dónde se quiere dirigir la empresa. Se deben determinar las fortalezas, virtudes, fallas, misión y visión de la empresa para crear su imagen corporativa.
Con la identidad y la imagen corporativa una empresa se da a conocer no sólo en el ámbito nacional, sino en el internacional. Sin una buena imagen la empresa puede pasar desapercibida.
Una buena imagen corporativa, basada en una sólida identidad corporativa es la carta de presentación de una empresa y le confiere la fidelidad de sus clientes.
La imagen facilita que una empresa sea reconocida y recordada por sus clientes y público en general.
Constituye el elemento publicitario y de marketing indispensable, ya que distingue e identifica visualmente a la empresa. Por tanto, permite posicionar a una empresa en el mercado comercial.
Una buena imagen corporativa facilita la identificación de los productos o servicios con la empresa que los produce o presta. Permite crear a su vez, un vínculo emocional entre clientes y empresa, una buena marca que exponga los valores de la empresa, crea confianza y fidelidad en los clientes.
De manera que una buena imagen corporativa, que identifique sin lugar a duda a una empresa, la hará diferenciarse de otras y posicionarse en el mercado comercial.