Sobre su origen, varias personas afirman que las DeFi iniciaron en el año 2009 con el lanzamiento de Bitcoin, aunque la cuna de esta idea surgió en 1995 cuando Nick Szabo, un científico informático, creó los contratos inteligentes o ‘smart contracts’. Así, 19 años después, en 2014 con la creación del Ethereum, desarrolladores de todo el mundo empezaron a utilizar esta divisa digital para crear contratos inteligentes y aplicaciones DeFi basados en blockchain, generando un notable aumento de su popularidad.
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DeFi o finanzas descentralizadas es un término que hace referencia a los servicios financieros en blockchains públicos.
Con las finanzas descentralizadas, se puede operar de forma similar a un banco, teniendo la posibilidad de solicitar préstamos, contratar seguros, negociar con activos o con derivados y mucho más sin depender de terceros y de forma más ágil y en menor tiempo.
Las finanzas descentralizadas utilizan contratos inteligentes que no requieren que las instituciones financieras tradicionales actúen como garantes para las transacciones. Los convenios se realizan sin intermediarios, directamente entre los partícipes y están completamente aseguradas por la tecnología de blockchain.
Para que DeFi funcione, requiere de una infraestructura descentralizada sobre la que ejecutar. Aquí es donde entra en juego la cadena de bloques de Ethereum, una plataforma para aplicaciones descentralizadas. Y es que como mencionamos anteriormente, la mayoría de los protocolos DeFi funcionan en la blockchain de Ethereum, aunque algunos ahora también se alojan en otras blockchains de la competencia, como la red Solana, para disfrutar de mayor velocidad y escalabilidad.
Las DeFi permiten acceder a los fondos o activos del usuario mediante un monedero digital seguro. Estas transacciones se pueden realizar a través de contratos inteligentes, los cuales una vez creados no pueden alterarse.
Las finanzas descentralizadas buscan poder ofrecer igualdad de oportunidades a todas las personas en cuanto a productos financieros tales como: préstamos, seguros, intercambios monetarios o inversiones sin necesidad de cumplir con tantos requisitos como sucede con los bancos, como la necesidad de tener una cuenta bancaria abierta con varios años de antigüedad. Esta libertad de entrada hace de estos servicios financieros especialmente atractivos para los usuarios, teniendo en cuenta que en 2017 1.700 millones de adultos en todo el mundo no contaban con una cuenta en ninguna institución financiera, según datos del Banco Mundial.
La DeFi cuenta con ventajas fuera del alcance de los sistemas financieros convencionales basados en dinero por decreto, entre las que se incluye la siguiente lista:
Gran parte de las aplicaciones de finanzas descentralizadas se desarrollan desde Ethereum, la segunda plataforma de criptomonedas más grande del mundo después de Bitcoin, que cuenta con 75 millones de direcciones solo en el último año. Ethereum es una plataforma basada en la tecnología blockchain, la cual se encuentra en varios ordenadores alrededor del mundo, por lo que una de sus principales características es su descentralización. Cada ordenador posee una copia de blockchain y si se considera realizar algún cambio en la red, debe ser por un acuerdo en general.
Una de las primeras diferencias que solemos ver entre Ethereum y Bitcoin es la disparidad en el precio de ambos. El Bitcoin siempre ha tenido un valor más alto que Ethereum ya que no solo se trata de una moneda limitada sino que cuenta la mayor base de usuarios dada su trayectoria y madurez, y es que Bitcoin se lanzó en 2009 mientras que Ethereum se inició en 2015. Asimismo, el desarrollo de Bitcoin es mucho más descentralizado que el de Ethereum, siendo la red con el mayor número de nodos, mineros, desarrolladores, potencia de cálculo y bifurcaciones del mundo.
Dado el impacto potencial de la DeFi en las finanzas tradicionales y las ventajas que ya hemos visto que ofrecen, las empresas pueden iniciarse en este sector emergente para beneficiarse de varias maneras.
En primer lugar, las empresas pueden financiar sus operaciones comerciales accediendo de forma sencilla a las aplicaciones de la DeFi, como los protocolos de préstamo y crédito. Esto resulta especialmente interesante para las pymes, que a menudo se enfrentan a más dificultades para obtener préstamos bancarios. Así, la DeFi puede ser una gran opción para empresas en mercados de desarrollo como América Latina, India y África.
Por otro lado, las empresas que comiencen a trabajar con la DeFi estarán adoptando de forma temprana una de las tecnologías más disruptivas e innovadoras en mucho tiempo: el Blockchain. Esta involucración logrará dejar a las empresas puedan estar un paso por delante de la competencia. En VipnetHUB contamos con un equipo de desarrolladores de blockchain y las herramientas necesarias para impulsar tu negocio a través de los productos financieros descentralizados. Con esta tecnología podrás ofrecer a los clientes productos similares a los de la banca tradicional, con la diferencia de que todos ellos se encuentran dentro del ecosistema de la economía digital crypto.
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