Los responsables del departamento de marketing se levantan cada mañana pensando en qué se puede hacer para hacer más visible la marca para la que trabajan. Y es que uno de los objetivos de ese sector es aparecer en el mayor número de conversaciones posibles. ¿Pero a cualquier precio?
Muchas veces se dice aquello de “lo importante es que hablen de mí, aunque sea mal, pero que hablen”. Esta afirmación tiene una parte que podríamos considerar cierta y otra parte totalmente negativa. Y si no que se lo pregunten a todos aquellos que se dedican a la reputación online.
Todos nuestros esfuerzos se centran en gestionar el buen hacer de la compañía para hacer partícipe al mundo entero de los hitos que consiguen. Trabajamos día a día, como ya hemos dicho, para protagonizar las conversaciones de los usuarios, creando experiencias positivas alrededor de la marca para que nuestra imagen salga reforzada.
Pero entonces, cuando todo va de color de rosas, cuando todo el mundo dice maravillas de ti…ese es el momento en el que abres Google para monitorizar todo lo que se dice de ti en internet y la primera noticia que sale es esa en la cual el fundador, director, trabajador de la semana o becario ha metido la pata hasta el fondo; bien sea dentro o fuera de la empresa y abre la brecha a través de la cual comenzarán a llegar las críticas. Porque en ese momento llega Paco con las rebajas y todos nos sumamos al carro: ¡vamos a criticar! Que yo no he comprado nunca ese producto o nunca he ido a tal tienda, pero oye, queda muy bien eso de decir que son todos unos mentirosos, que como engañan al público, que fíjate en que se gastan el dinero que les damos al comprar sus productos/servicios… Que además oye, si mi vecino estaba descontento con ellos por alguna cosa, yo me proclamo su portavoz y difundo su situación.
Y este es el momento exacto en el que le llega a la competencia ese e-mail de Google Alerts que tanto estaban esperando y es entonces cuando los ojos comienzan a brillar. ¡Noticias y comentarios negativos sobre mi competencia directa BIEN! ¡Vamos a participar!
O sea, ¿que llevo un montón de tiempo trabajando y haciendo méritos para aparecer en los buscadores como una empresa íntegra y responsable, de competencia y comprometida con la sociedad para que de un día para otro cuando me meto en Internet sólo encuentre noticias y comentarios negativos sobre algo que quizás no tiene que ver con lo profesional?
Pues eso, que es en este momento cuando, el pobre responsable de reputación, ya no sabe dónde meterse. Las críticas han pasado del 5% al 35% en cuestión de unos días y tiene que apañárselas para seguir diciendo: “chicos, no pasa nada, seguimos siendo tan buenos como antes. Confiad en nosotros”.
Y en eso se resume el trabajo de reputación: monitorización contante, trabajar los resultados negativos y conseguir una reputación positiva de la marca. Porque no se trata de eliminar lo negativo, sino de trabajar y hacer más ruido que los demás mostrando lo bueno y debilitando lo malo. Porque cosas buenas y malas tenemos todos señores, pero a nadie nos gusta que nos señalen todos los días los defectos.
Entonces….¿de verdad es bueno que hablen de nosotros aunque sea mal? No, no lo creo. Porque un comentario positivo pasa desapercibido, pero un comentario negativo tiene una repercusión que nadie nos podemos imaginar. Porque la credibilidad y confianza en la marca están en juego cada día, en cada comentario y en cada noticia. Y esta vez hemos superado la crisis de reputación pero dios sabe que nos deparará el fututo.
Entonces nos preguntamos, ¿qué dirán mañana de mí? … Sea lo que sea, que hablen de mí, pero que hablen BIEN.