Con la llegada de la TDT, la televisión cómo la conocíamos hace a penas hace tres años, dió un giro de 360º. Surgieron nuevos canales y las audiencias se fragmentaron. La competencia entre las principales cadenas de televisión se hizo más fuerte y crearon canales adicionales en los que se emiten contenidos propios y constantes refritos de los programas principales de sus parrillas.
Poco a poco, la televisión cómo la conocíamos hasta ahora ha ido cambiando y su convergencia con Internet parece ser el futuro del medio. Los usuarios quieren inmediatez, participación y sobre todo, escoger lo que quieren ver y cuándo lo quieren ver. Están surgiendo nuevos patrones de consumo como el visionado en streaming y la función multipantalla que los distintos soportes permiten. Las cadenas deben proponer estrategias de comunicación multimedia que extiendan su notoriedad y salud de marca en todos estos soportes, generen contenidos multiplataforma, fomenten la participación del espectador a través de las redes sociales y que contemplen también, crear marcas de entretenimiento multimedia en vez de programas.
No debemos olvidar la publicidad, que es lo que da de comer a todo el sector. ¿Cómo encaja el anunciante la dificultad de rentabilizar la publicidad en Internet? Es todavía pronto para una reconversión del negocio pero, poco a poco, va a ir cambiando. La publicidad estará cada vez más segmentada y asociada al contenido. Los canales publicitarán aquello que va a dirigido a su target en función de sus emisiones. Anunciantes, agencias y cadenas de televisión, deben proponer nuevos medios en la narrativa audiovisual de los spots y apostar por los nuevos formatos.
Para que todo lo propuesto funcione, primero se deben producir algunos cambios notables en los hábitos de consumo de la población. La tecnología debe avanzar y, lo más importante, ser accesible para todos. No todo el mundo dispone de una televisión con Internet y un ancho de banda que permita el visionado de contenidos en directo, sin olvidar la brecha digital que se produce todavía en algunos partes de nuestro territorio.
Para concluir y contestando a la pregunta del titular, la televisión no ha llegado a su fin. Quizás cambie la forma en que la veamos, los soportes o la publicidad, pero su esencia que es el entretenimiento, permanecerá. El espectador tendrá un rol más participativo y la televisión a la carta y las redes sociales serán la clave para las generaciones futuras.